Trabajos de taller
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“Ama el arte,
que de todas las mentiras
es la menos falaz”
Gustave Flaubert
TEC El cuento, técnicas de escritura |
(TEC) MÓDULO III Decir y mostrar Consigna D 7 Extracte del texto La tristeza los segmentos en los que encuentra la predominancia de rasgos físicos (prosopografía) y los segmentos dónde encuentra la predominancia de rasgos morales o psicológicos (etopeya). Luego, sepárelos por párrafos, pervirtiendo el orden original. Use conectores para que la narración tenga coherencia. (Máximo: ½ pág.)
La tristeza [Cuento. Fragmento] Anton Chéjov
La capital está envuelta en las penumbras vespertinas. La nieve cae lentamente en gruesos copos, gira alrededor de los faroles encendidos, se extiende, en fina, blanda capa, sobre los tejados, sobre los lomos de los caballos, sobre los hombros humanos, sobre los sombreros. El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en el pescante de su trineo, encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un alud de nieve que le cayese encima lo sacaría de su quietud. Su caballo está también blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por las líneas rígidas de su cuerpo, por la tiesura de palos de sus patas, parece, aun mirado de cerca, un caballo de dulce de los que se les compran a los chiquillos por un copec. Hállase sumido en sus reflexiones: un hombre o un caballo, arrancados del trabajo campestre y lanzados al infierno de una gran ciudad, como Yona y su caballo, están siempre entregados a tristes pensamientos. Es demasiado grande la diferencia entre la apacible vida rústica y la vida agitada, toda ruido y angustia, de las ciudades relumbrantes de luces.
Texto del tallerista Hállase sumido en sus reflexiones: un hombre o un caballo, arrancados del trabajo campestre y lanzados al infierno de una gran ciudad, como Yona y su caballo, están siempre entregados a tristes pensamientos. El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en el pescante de su trineo, encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un alud de nieve que le cayese encima lo sacaría de su quietud. También su caballo está blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por las líneas rígidas de su cuerpo, por la tiesura de palos de sus patas, parece, aun mirado de cerca, un caballo de dulce de los que se les compran a los chiquillos por un copec.
Consigna D 8 Redacte una prosopografía (predominancia de rasgos físicos) de una persona que conozca. (1/2 página)
Las últimas caricias de una tarde de verano fueron las que me acompañaron por el zigzagueante camino de Traslasierras, Córdoba. Como en una especie de trance iba yo dejándome hipnotizar por la cadencia de sus curvas y contracurvas. Observaba maravillado la manera en que la luz crepuscular definía cada matiz, cada contorno y cada forma del hermoso paisaje. Es en realidad, razoné, el ángulo, el tono y la intensidad de la luz, los que sugieren y contrastan, de manera única, los elementos que componen este increíble escenario. Entiendo pues, que no serían uno sin el otro, o al menos no en la misma intensidad. Iba contemplando el paisaje cuando al voltear a la derecha me sorprendió el perfil de mi compañera, entonces, todo cuanto me rodeaba, pasó a un segundo plano. De pronto, me descubrí pensando en que no existen palabras ni comparaciones precisas con las que pueda describir aquella curva perfecta, que define su cintura. También intenté, no pocas veces, y siempre de manera infructuosa, hallar el símil que permita precisar la suavidad de sus caricias, pero no encontré sobre la tierra cosa alguna, tan tersa, tibia, sensual y exquisita como su piel. Advertí, sin embargo, que puedo definir del modo más preciso a la delicadeza misma, cuando uso como comparación a sus suaves manos o sus finos dedos. Son, por cierto, los erráticos movimientos de éstos sobre mis cabellos, el calor de su vientre, la rítmica respiración; el conjuro perfecto para dormir a la bestia. Comprendo también que nuevas expresiones deberán nacer para que pueda yo escribir sobre ese celeste imposible con el que me mira o sobre el calor sofocante de sus labios, con los que me domina.
Finalmente, dejamos atrás aquel hermoso camino que nos vio pasar. Eterno y orgulloso, pero algo celoso de saberse, aunque sea por un corto lapso de tiempo, mucho menos singular y único que antes.
Consigna D 9 Redacte una etopeya de Ud. mismo. (1/2 página)
Temperamentalmente ambiguo, pero inapelable en cada uno de sus extremos, muy curioso y lo suficientemente orgulloso como para hacer de las posibles virtudes, defectos insalvables. De intachables valores, que a fuerza de golpes, ha ido guardando en el mismo cofre en el que Groucho Marx guardó los suyos. Resiliente por naturaleza, Marcelo es creativo y dueño de un indiscutible respeto por la privacidad. Valora, sobre toda las cosas, el intelecto, o en su defecto, el sentido de la ubicación y la prudencia. Aborrece los dogmas, la predisposición a la mediocridad en cualquiera de sus facetas, la falta de criterio, así como también a los comentaristas de fútbol o los panelistas opinólogos de moda. Serán objetos de un visceral rechazo, todas aquellas estructura Foucaultianas a las que les asoman promiscuamente sus hilos.
Es, sin dudas, la construcción de su trascendencia en este mundo, su fin último, el motor de casi todas sus acciones y el justificativo de sus buenas y malas decisiones. El perfecto ejemplo de que un conjunto de buenas cualidades no siempre alcanza para conformar una persona sobresaliente y de que lamentablemente “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros” (Jean Paul Sartre).
Copyright©Marcelo Gabriel Federico Agosto, 2018. Todos los derechos reservados por su autor
Nota: las correcciones finales de los textos estuvieron a cargo de su autor. |